Lluvia y llovizna
Se utilizan las voces llovizna, cernidillo, mollizna o, con terminología internacional, la bretona de crachin para referirse a la precipitación vertical cuyas gotillas poseen diámetro inferior a 0,5 mm y velocidades de caída inferiores a 3 m/s. En la España húmeda, donde este tipo de precipitación es frecuente, la llovizna recibe una serie de denominaciones regionales, como orvallo en Galicia y Asturias, aguarrías en Cantabria, xirimiri en el País Vasco y calabobos en Castilla; significativamente, por su rareza, la llovizna, no recibe denominaciones regionales en la fachada oriental de España.
Cuando las gotas de precipitación poseen más tamaño y velocidad de caída, se habla de lluvia, y, si ésta es de gran intensidad, de tromba o manga de agua. Se emplean las denominaciones de chubasco, chaparrón, nubada, nubarrón o aguacero para la lluvia que comienza y termina bruscamente, con oscilaciones rápidas de intensidad; si el chubasco es de corta duración, recibe el nombre de aguarrada. En ocasiones la precipitación registra una concentración horaria tan elevada, que resultan insuficientes los verbos “diluviar” o “jarrear”, cuya acepción común es “llover copiosamente”, ya que entonces “llueve a mares”, se dice expresivamente que “se abren las cataratas del cielo”.
Información relacionada con Llovizna y lluvia:
- Gota fría
- Rogativas meteorológicas
- Catástrofes naturales y obras hidráulicas